"EL NIÑO" (2016) No es brillante pero entretiene
[RESEÑA] Una joven acepta ser niñera en una desolada mansión británica.
Lo que nos hacía dudar era que fue estrenada en enero, fecha en la que los estudios lanzan aquellos títulos con los que no saben qué hacer o simplemente, no les tienen fe en la taquilla.
Si bien es cierto que el cine de terror de bajo presupuesto vive una bonanza, no todo lo que llega a la gran pantalla es de calidad. De decenas de películas estrenadas en los últimos cinco años, pocas nos han dejado con un buen sabor de boca.
Aún así, las historias ambientadas en viejas y desoladas casonas, así como la de muñecos posesos, son de nuestras favoritas. Así que, ¿por qué no darle una oportunidad? El truco es llevar pocas o nulas expectativas al cine.
DE LA TRAMA
Conozcamos a Greta (Cohan), una estadounidense que acepta un trabajo como niñera en una zona inglesa poco habitada. Al parecer huye de un marido/pareja/amante golpeador.
Ella es recibida por los Heelshire, una pareja de ancianos que tienen un niño que al parecer, requiere cuidados especiales.
Greta no lo puede creer. Brahms, el muchacho, es un muñeco bastante perturbador hecho de porcelana. La chica se ríe pensando que se trata de una broma pero la seriedad de los Heelshire la hace recapacitar.
La pareja le entrega un listado de tareas que Greta debe cumplir al pie de la letra o de lo contrario... pero sigamos.
Malcolm (Rupert Evans) es el repartidor de abarrotes que surte una vez a la semana la despensa de la mansión y el único contacto humano que tendrá Greta durante las semanas que durará un viaje que harán los Heelshire.
Desde el principio, a Greta le incomoda cumplir con el hecho de tener que servirle comida al muñeco, leerle a diario y no digamos, vestirlo y acostarlo todas las noches, con palabras de afecto.
Así, que lo tira a un rincón y trata de sobrellevar la soledad en la casona.
Lo que no imaginó es que empiezan a ocurrir cosas extrañas. Alguien la encierra en el ático la noche que planificaba salir con Malcolm al pueblo. Le roban su ropa y registran sus pertenencias.
¿Será que Brahms está vivo? ¿Hay alguien más en la mansión?
ASÍ LA VIMOS.
Lo que parece ser una rutinaria y aburrida historia de fantasmas, con noches de tormenta incluidas, toma un giro inesperado cuando el ex marido/pareja/amante de Greta aparece en escena. Echémosle a la mezcla, la tensión sexual entre ella y Malcolm y la historia se pone interesante.
Es de destacar su impecable fotografía, que nos hace sentir el frío de los páramos ingleses y que evoca la atmósfera de aquellas películas de la Hammer de los cincuentas.
El final es predecible y muy hollywoodense, es cierto, pero la vuelta de tuerca que ocurre en el segundo acto nos depara una sorpresa que, al menos nosotros, no nos esperábamos.
Las actuaciones no son memorables pero sacan la tarea. Laurie Cohan tiene futuro, solo es cuestión de que aprenda a escoger mejor sus proyectos.
"El niño" (The Boy) no es una película perfecta pero sobresale por un pelo del promedio de bodrios de terror que llegan semana a semana a la cartelera.
¿Ya la vieron? ¿La verán? ¿Qué opinan?
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