“CANÍBALES” (2015) Insípido homenaje a Ruggero Deodato


[RESEÑA]  Eli Roth nos ofrece un festín de vísceras, fluidos corporales y desmembramientos, pero desafortunadamente, sin una pizca de sabor.

Al trabajo de Roth, se le ama o se le desprecia. Gracias a la crudeza extrema de su trilogía “Hostal”, se acuñó el anglicismo torture porn. 
 

Y aunque tiene muchos detractores por no escatimar a la hora de enseñar vísceras, sangre y violencia extrema, poco a poco va sumando un grupo fiel de seguidores que lo ha hecho un director “de culto”, quizás a la altura de Robert Rodríguez o Quentin Tarantino.

El cineasta sabe como complacer a sus fans y no se ha dejado nada en su bolsa de trucos a la hora de dirigir “Caníbales” (The Green Inferno), una pieza que se adentra en el género mondo. Quien decida ver la película debe saberlo.

Precedida de un tráiler que provoca asco y náuseas, la expectativa por ver “Caníbales” era grande.

Por azares del destino, el filme tuvo un estreno limitado en Estados Unidos y, sinceramente, creo que la única forma de verla por estos lares, será por obra y gracia de nuestros amigos bucaneros.

DE LA TRAMA
El fuerte del cine de Roth es provocar una respuesta visceral del espectador, así que no sorprende que la película cuente una historia simple, sin mucho trasfondo. 

Un grupo de universitarios decide viajar a la Amazonía peruana con la idea de protestar por la tala desmedida, lo que pone en peligro a tribus de aborígenes que aún viven aislados de la civilización. La idea es encadenarse en árboles y maquinaria, transmitiendo en vivo por internet para llamar la atención de todo el mundo.

Esto nos permite ir conociendo a cada uno de los que integran el grupo: El líder “cae mal”, el par de enamorados (en este caso lesbianas), el motero del grupo, etc.

Desde luego, logran su objetivo aunque no sin la respectiva dosis de tensión. Cuando abandonan el lugar en una avioneta, se viene el desastre: Se estrellan en medio de la jungla, sin esperanzas de recibir ayuda.


Para colmo, se topan con unos aborígenes que los empiezan a cazar como animales. Qué ironía, los mismos a quienes pretendían salvar con su protesta ecohistérica.

A partir de ahí, Roth y el director de efectos especiales Greg Nicotero (¿les suena familiar?, es quien supervisa los ataques zombies en “The walking dead”) se dan gusto mostrando mutilaciones, antropofagia, vísceras, ataques de hormigas carnívoras y hasta episodios diarréicos. Todo en primer plano y en gloriosos 5.1 canales de sonido.

¿Les suena familiar la historia? Sin duda pensaron en “Holocausto caníbal” del recordado Ruggero Deodato. De hecho, “Caníbales” es el homenaje de Roth para el maestro italiano, según ha dicho.

Se trata de una película en la que el platillo principal es ver cómo se comen a cada uno de los personajes así que no hay que buscarle un trasfondo social al asunto.

Se hubiera agradecido eso sí, un guión un poco más original. Desde el principio sabremos quien se salva y quien no, haciendo la trama predecible.

EN RESUMEN
¿Vale la pena verla? La filmografía de Eli Roth es un gusto adquirido. Si la ven, no lo hagan mientras comen ceviche de hígado como me pasó a mí.

Entre sus virtudes, además del gore, figura la fotografía, sobre todo en tomas abiertas de la naturaleza y el maquillaje de la tribu. 

Entre sus desaciertos, el horrendo estilo de cámara temblorosa, que no todos los espectadores toleran, además de una trama lineal, predecible y carente de sorpresas.

COSAS QUE APRENDÍ VIENDO “CANÍBALES”

1 La mota es un buen ingrediente a la hora de cocinar. ¡No solo para los brownies!

2 Esta película es efectiva si se quiere empezar una dieta vegetariana.

3 ¡Ya se cómo librarme de la tensión cuando esté muy estresado!

4 El término “echarle un ojo a la comida” adquiere un nuevo significado. 

Por último, les dejamos un aperitivo. De repente, se les antoja verla.



¿Les gustó? Se agradecen los comentarios..!!

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