"ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO" (1978) No le sobra ni le falta nada

[RESEÑA] La tripulación de un carguero comercial se desvía a un planeta desconocido por una llamada de auxilio. Lo que encuentran es el horror.


Estamos a finales de los setentas. Cierta película llamada "Star Wars" causa furor en los cines alrededor del mundo.

Su representación aventurera y heróica del espacio ha impactado de tal manera que todos quieren subirse al carrito de la moda y hacer su propia versión. 

Así, llegan pelis como "Starcrash: Ataque estelar del tercer tipo", "Laserblast", "Galactica Astronave de combate", "Batalla más allá de las estrellas", la infame "El hombre que salvó al mundo" conocida como la "Star Wars turca" y paremos de contar.

Pero entre todas ellas, se anuncia el estreno "Alien, el octavo pasajero", que combina la ciencia ficción, el horror y el gore para separarse del rebaño. 

Con una puesta en escena impecable, un guión inteligente y unas actuaciones fuera de lo común, la película supone la consagración de su director Ridley Scott como uno de los pilares indiscutibles del género.

Volvamos al presente. A 38 años de su estreno, "Alien" es ahora objeto de culto entre los cinéfilos y pieza de estudio entre las nuevas generaciones de cineastas. ¿Qué la hace tan especial? Cada quien que saque sus conclusiones.

DE LA TRAMA
El año es 2122 y la humanidad se ha aventurado a explorar los confines del espacio. A bordo del Nostromo, un carguero comercial, siete tripulantes inducidos al sueño criogénico, viajan de regreso al planeta Tierra.

El grupo es variopinto: Dallas, el capitán y piloto; Kane, el segundo oficial; Ripley, la tercera oficial, y Ash, el oficial científico, así como la histérica Lambert y los técnicos Brett y Parker, siempre dispuestos a quejarse y pedir un aumento de sueldo.

La computadora central los despierta y ellos creen que ya están cerca de su destino. Sin embargo, se enteran que en realidad, la nave ha detectado una posible señal de auxilio en un planeta desconocido. 

Como parte del contrato de la compañía para la que trabajan, es su obligación prestar auxilio, así que desvían de su curso para investigar el origen de la señal.
 


Aterrizan en un planeta con un clima extremo y permanentemente en penumbras. Difícilmente alguien podría vivir ahí y sin embargo un grupo de exploración encuentra restos de una nave con restos fosilizados de sus tripulantes. También hallan una cámara repleta de huevos con organismos xenomorfos en su interior.

Las cosas empiezan a salir mal. Uno de los huevos eclosiona y la criatura que sale de el se le prende en la cara a Kane. Sus compañeros se lo llevan de vuelta a la nave para salvarlo. Ripley descubre que la señal, más que un pedido de auxilio es una advertencia.

Pese a los esfuerzos de Ash, no logran retirar al organismo parasitario que mantiene con vida a Kane insertándole un tubo cartilaginoso a través de la boca. Es más, la sangre de la criatura es corrosiva por lo que no pueden matarlo fácilmente.

La tensión entre los tripulantes va creciendo. Lambert le reclama a Ripley que no respetó el protocolo y permitió el ingreso de Kane y la criatura a bordo, poniendo a todos en riesgo de un contagio.

Ripley empieza a sospechar que Ash tiene una agenda oculta con respecto a la criatura y el supuesto pedido de auxilio.  

Esto nos lleva a una de las escenas más memorables del cine: Kane aparentemente recuperado y liberado del parásito, disfruta de una sabrosa cena antes de entrar a la cámara criogénica previo al regreso de la Nostromo a la Tierra.

Sorpresivamente, a Kane le explota el abdomen y emerge una criatura de sus entrañas. De ahí en adelante empieza el horror, el juego al gato y al ratón entre la criatura que crece a pasos agigantados y la tripulación, y claro, la lucha por la sobrevivencia. 
     
ASÍ LA VIMOS  
Lo que pudo haber sido una película de ciencia ficción y horror más del montón, es uno de los grandes clásicos del cine. Por años solo tuvimos oportunidad de verla en copias de N generación de VHS y últimamente en DVD y BluRay. Pero verla en pantalla grande es otra cosa. 

Para conmemorar el Alien Day, ayer se proyectó en Cinépolis y pese a casi sabernos casi de memoria los diálogos, nos sorprendimos gratamente. Verla en 4K nos abrió los ojos a la visión original de Scott para esta película. 

Es una obra que nos atrapa desde el principio y que deja de lado la fantasía y glamour starwariano (perdón por inventar la palabra) para ofrecernos un vistazo crudo y realista de lo que sería viajar por el espacio y los peligros que ello representaría para la humanidad.


Tiene una estética propia, quizás influenciada por "2001 Una Odisea Espacial", pero muy particular con sus decorados industriales de pasillos húmedos y llenos de tuberías y atmósfera oscura y viciada.

Las secuencias de persecusión de la criatura por ductos de ventilación estrechos y oscuros, nos transmiten una sensación de clautrofobia que nos acompaña desde el principio del filme.

Luego está el monstruo. Amenazante, imponente, despiadado. Ya lo decía Ash, en su último monólogo, cuando se revela que es un androide enviado por la compañía para preservar a la criatura y Ripley lo ha desconectado: “Aún no han comprendido a qué se enfrentan. Un perfecto organismo. Su perfección estructural sólo está igualada por su hostilidad. Admiro su pureza, es un superviviente al que no afecta la conciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad… No tienen ninguna posibilidad pero… cuentan con mi simpatía”.

El sentimiento de desaliento que les transmite a los sobrevivientes se le contagia al espectador, que sentirá el miedo de Ripley en sus intentos por destruir a la criatura.

En el plano actoral, Sigourney Weaver se lleva las palmas al darle credibilidad a una de las primeras heroínas de acción de la época. Igualmente, Ian Holm, como el androide Ash, es el perfecto antagonista.

La música minimalista contribuye a mantener la atmósfera de tensión. El diseño de producción nos mantiene preguntándonos ¿cómo diablos pudieron crear mundos tan espectaculares sin usar un solo fotorama generado por computadora? Bueno.. eran verdaderos artesanos del cine, sin duda.

En resumen, a "Alien el octavo pasajero" no le sobra ni le falta nada. Y qué bueno que Scott decidió revisitar ese universo en la actualidad, primero con "Prometheus", y en las próximas semanas con "Alien Covenant"

   
EN RESUMEN
¿Vale la pena verla? Esa pregunta no se pregunta. No es necesario ser fan de la ciencia ficción y el horror para disfrutarla. Scott es un cineasta refinado y como tal, evitó caer en las trampas y clichés de ambos géneros para ofrecer un producto con linaje propio.

¿Es una historia original? No del todo. La trama hace eco de obras anteriores como "La cosa de otro mundo" y hay quien dice que su estética se inspira en "En el planeta de los vampiros", ambas producciones también imprescindibles para el cinéfilo delirante que se respete.

¿Tengo que verla antes de ver "Alien Covenant"? Sí y no. Sí porque es una buena forma de entrar al universo Alien y no porque porque Covenant se desarrolla mucho antes de los sucesos de "El octavo pasajero". 
    




¿Ya la vieron? ¿La verán? ¿Qué les pareció? Nos dará gusto saber su opinión.

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