"EL DIABLO EN TODAS PARTES" (2020) Pueblo chico, infierno grande

[RESEÑA] Varios personajes muestran su peor cara y en mayor o menor medida, determinan el curso de la vida de un jovencito que sólo desea proteger a su familia.

Por Giovanni Aldana

Hace unos días leía un debate en redes sociales sobre las opiniones de Maquiavelo y Rousseau acerca de si el hombre es malo por naturaleza a menos que precise ser bueno, o bien, el hombre es bueno, pero la sociedad lo corrompe.

Me acordé del debate mientras veía “El diablo en todas partes” (The devil all the time), la nueva película recién estrenada por la plataforma de la gran N roja, una historia incómoda, llena de personajes desagradables pero que nos engancha desde sus primeras escenas.

Cuenta con un reparto espectacular para un filme producido para el mercado de las plataformas digitales, encabezado por Tom Holland y Robert Pattinson, además de rostros conocidísimos como Bill Skarsgard, Jason Clarke, Mia Wasikowska y Sebastian Stan, además de otros talentos emergentes.

La trama es un poco confusa al principio, pero a medida que avanza la película, el espectador va uniendo los puntos cada vez con más facilidad. Dura 2 horas 18 minutos, pero el tiempo se hace corto, demasiado quizás, para mostrarnos a todos los personajes y situaciones en todo su esplendor.

Está ambientada de forma magistral en la América profunda de la posguerra, parajes rurales y miserables, olvidados por la autoridad y ¿por qué no? también por Dios. 

Bien podría ambientarse en cualquier región empobrecida de nuestros países, en donde a sus habitantes no les queda más que aferrarse a su fe, muchas veces, de forma enfermiza.


DE LA TRAMA

Inicia con la historia de Willard (Skarsgard) un joven que vuelve a su pueblo después de combatir en el Pacífico Sur, durante la Segunda Guerra Mundial. 

La experiencia le ha resultado traumática y aunque pone mucho empeño en recuperar su cordura y volver a la “normalidad” casándose y buscando un empleo, la vida le tiene reservadas algunas sorpresas más.

Willard tiene un hijo, Arvin (Holland), alrededor de quien gira toda la película. Holland hace un trabajo espectacular y no le cuesta nada quitarse la etiqueta de superhéroe arácnido que lo dio a conocer.

Arvin ha tenido una infancia mala, por no decir trágica, pero a diferencia de su padre, cree en hacer lo correcto. Sin embargo, su límite de tolerancia llega cuando conoce a un predicador interpretado por Pattinson, quien usa la palabra de Dios para satisfacer sus bajos instintos.

Ese encuentro marca el destino de Arvin y lo somete a una vorágine de experiencias traumáticas que lo llevan a toparse con una pareja de depravados asesinos seriales y un encuentro a muerte con un policía corrupto.


ASÍ LA VÍ

Es interesante cómo la trama nos va presentando lo peor del ser humano con cada personaje, no dejando siquiera el consuelo de hallar refugio en la fe o en las autoridades, igualmente de podridas, tanto una como la otra.

Aunque a simple vista se pudiera juzgar que el relato es una crítica a la fe cristiana (casi todos los personajes actúan o creen que actúan en nombre de Dios), no es más que un profundo examen a la condición humana. De ahí el porque me recordé del famoso debate entre Rousseau y Maquiavelo.

La interpretación de Pattinson es extraordinaria. No entiendo por qué el gran público aún no le perdona haber salido en la saga “Crepúsculo” cuando ha demostrado con creces en sus últimos papeles, que es uno de los mejores actores de su generación.

Sus escenas con Holland dentro de la iglesia del pueblo, son de lo mejor de la película. Ambos demuestran que han alcanzado la madurez actoral y que están preparados para mejores papeles.

El ritmo de la película es irregular, a veces lento, a veces demasiado rápido. Por la complejidad de la historia y la cantidad de personajes, quizás hubiera sido conveniente contarla en una miniserie.

La dirección es impecable y la puesta en escena bien lograda. La fotografía es espectacular. Rodada con película de 35mm en lugar de cámaras digitales, fue una decisión acertada. Los colores son brillantes y vívidos, un buen contraste con lo oscuro de la trama.

En resumen, “El diablo en todas partes” es de lo mejor que nos ha ofrecido Netflix en lo que va del año. Una película dramática que no dejará indiferente a quien la vea. Eso sí, háganse un favor y véanla en su versión subtitulada para apreciar el gran trabajo de los protagonistas con su dicción y acento sureño.




¿Ya la vieron? ¿La verán? ¿Qué les pareció? Me dará gusto saber su opinión.

Ficha técnica:

Nombre original: The devil all the time
Dirección: Antonio Campos
Reparto: Tom Holland, Robert Pattinson, Bill Skarsgard, Mia Wasikowska
Año: 2020
Estudios: Netflix/Nine Stories Production
País de origen: Estados Unidos
Duración: 2h18mins.
Relación de aspecto: 2:39
Visionado: Netflix HD

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