"EL HORROR DE DRÁCULA" (1958) Christopher Lee es el mero mero de los vampiros
[RESEÑA] El doctor Van Helsing deberá usar toda su sabiduría para derrotar al caballero de la noche...y no es Batman.
¿Se acuerdan cuando transmitían estas películas los sábados casi a medianoche por canal 11 allá por mediados de los setentas?
Yo sí. Fue una época en la que con apenas 6 o 7 años, me desvelaba para verlas aunque después no pudiera dormir.
La primera vez que aparece el vampiro en pantalla, siniestro y amenazante es una escena poderosa que se quedó grabada en mi mente para siempre.
Claro que en ese momento ignoraba que se trataba del gran Christopher Lee en uno de sus papeles más memorables.
Tampoco sabía que la película fue la que le dio a los estudios Hammer la oportunidad de iniciar con la explotación de películas góticas de horror y que le ganaron el respeto de la industria.
Pero dejémonos de anécdotas y entremos en materia.
DE LA TRAMA
La película abre con la narración de Jonathan Harker, quien llega al castillo del conde Drácula para trabajar como bibliotecario.
Lo que el conde no sabe es que Harker es un médico que va de incógnito que lleva la misión de destruirlo.
Pero para su... ¿mala suerte?... una vampiresa lo seduce y lo convierte en vampiro, fracasando en su empresa.
Semanas después llega el Dr. Van Helsing (Peter Cushing) buscando a Harker. Se da cuenta de su fracaso y lo encuentra convertido en vampiro en las catacumbas del castillo de Drácula.
El vampiro ha viajado a la ciudad y ataca a Lucy, prometida de Jonathan. Van Helsing le sigue los pasos y pide ayuda a Arthur, hermano de Lucy y esposo de Mina para destruir a Drácula, aunque no le creen mucho que digamos.
Solo cuando Arthur se da cuenta de que Lucy se ha convertido en vampiresa decide ayudarlo.
¿Estarán a tiempo de acabar con Drácula?
Si bien la interpretación de Bela Lugosi como Drácula es uno de los pilares del cine de terror, la versión de Christopher Lee no tiene nada que envidiarle.
La impecable puesta en escena, la fotografía bastante colorida y la eficiente dirección de Terence Fisher lograron un clásico instantáneo que dio paso a siete entregas más producidas por la Hammer.
Destaca la química en pantalla entre Cushing y Lee que los llevaría a participar en infinidad de películas británicas de horror de aquella época, con estupendos resultados de crítica y de taquilla.
El Drácula de Lee es imponente y siniestro. Curiosamente es el que menos diálogos tiene en toda la película, apenas en un par de escenas, cuando recibe a Harker en su castillo.
A diferencia de la película de Lugosi, el Drácula de la Hammer está cargada de erotismo, tal y como describe al vampiro en su novela el escritor Bram Stoker, su creador.
Fisher lo hace con buen gusto, sin caer en lo explícito o lo vulgar.
En resumen, es una estupenda película que no defrauda y que mantiene su vigor y atmósfera de suspenso, pese a tener ya casi 60 años de haberse estrenado.
La impecable puesta en escena, la fotografía bastante colorida y la eficiente dirección de Terence Fisher lograron un clásico instantáneo que dio paso a siete entregas más producidas por la Hammer.
Destaca la química en pantalla entre Cushing y Lee que los llevaría a participar en infinidad de películas británicas de horror de aquella época, con estupendos resultados de crítica y de taquilla.
El Drácula de Lee es imponente y siniestro. Curiosamente es el que menos diálogos tiene en toda la película, apenas en un par de escenas, cuando recibe a Harker en su castillo.
A diferencia de la película de Lugosi, el Drácula de la Hammer está cargada de erotismo, tal y como describe al vampiro en su novela el escritor Bram Stoker, su creador.
Fisher lo hace con buen gusto, sin caer en lo explícito o lo vulgar.
En resumen, es una estupenda película que no defrauda y que mantiene su vigor y atmósfera de suspenso, pese a tener ya casi 60 años de haberse estrenado.
¿Ya la vieron? ¿La verán? ¿Qué opinan?
Sin quitarle ningún merito me parece que tanto la novela como las películas de Drácula tienen un error. Tras tiempo de vampiro lo lógico es que hubiese vampirizado a muchísima gente, todo un ejercito de vampiros. Y sobre todo cuando va a Londres.
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